Deseamos estar tan seguros que podemos no ponernos en camino.
La seguridad total, el control total no es posible y si lo llevamos al extremo lo único que conseguimos es atarnos y caminar con miedo, o lo que es pero: no caminar.
Así que ánimo, confiemos en la vida, en la gente, en nosotros, en Dios que nos acompaña a cada paso y...
¡¡CAMINA sin MIEDO!!
Hay mucho por descubrir...
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