La fuerza de Cristo sigue presente en nuestro mundo,
en nuestro corazón.
¿no lo notas?:
.en la capacidad de mejorar y superarnos,
.en la alegría sana y verdadera,
.en la ternura que transforma,
.en los cambios que parecían imposible,
.en el deseo de mejorar,
.en la capacidad de resistencia,
.en la valentía,
.en la esperanza...
¡¡VIVE!!
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