¿Te asustan las preguntas?

 "La confianza, como el arte, 

nunca nace de tener todas las respuestas,

sino de estar abierto a todas las preguntas" 

       (Earl Gray Stevens)

¡Cómo me gusta esta frase!

La confianza no nace de tenerlo todo claro, de tenerlo todo seguro, de conocer todas las respuestas...porque si es así, si "creemos" conocerlo todo nada nuevo puede brotar.

La confianza, como el arte, nace de estar abiertos a todas las preguntas. 

Las preguntas abiertas, aquellas que nos hacen pensar, buscar, investigar... 

aquellas que nos abren a nuevos horizontes.

Las preguntas que nos movilizan por dentro y  

nos hace sentir que tenemos mucho que descubrir.

Preguntas que trabajan por dentro rompiendo fronteras y 

haciendo nacer nuevas miradas.

¡Qué triste cuando nos situamos en posiciones cerradas 

en las que creemos que tenemos toda la verdad!

¡Qué pena cuando tenemos miedo a las preguntas 

porque nos hacen sentir amenazados!

¡Me encanta encontrar gente que están abiertas 

a las preguntas que nos descolocan y 

abren a la novedad, 

a la verdad más enriquecida y universal!

No tengamos miedo a las preguntas, sigamos creciendo cada día...

 

¿Qué nos pasa?

 ¡Hola!

Después de este gran parón quiero retomar las publicaciones en este blog. 

Se me había olvidado casi que existía, pero ha vuelto a mi ("por casualidad") 

y no voy a desaprovechar la ocasión de expresar lo que brota de dentro...

Tiempos extraños estamos viviendo, todo parece temblar bajo nuestros pies. 

Nunca me había sentido tan frágil, tan pequeña, tan perdida 

en  un mundo que parece que se traga la luz y la vida.

La oscuridad nos acecha, cualquier cosa desestabilizadora es posible y nuestra seguridad pende de un hilo.

Sabemos que nadie puede asegurar nuestra vida, pero vivíamos engañados en una falsa seguridad,

en una falsa fortaleza. Tienes dinero, lo tienes todo.

Pues no es así. Comprobamos que somos pequeños, vulnerables, fáciles de derrumbar...

¿En qué nos estamos convirtiendo?

Nos adormecen con las series y el entretenimiento...

Nos dejamos llevar por lo aparentemente fácil y confortable...

Nos agarramos a lo que nos da placer y seguridad aparente...

y vivimos...¿vivimos?

Echo de menos en mi, y en los demás, la lucha por las grandes batallas: la justicia, la libertad, la solidaridad, etc.

Echo de menos la pasión, las ganas de mejorar el mundo.

¿Qué nos pasa?

¿Somos menos humanos?

 ¿O esta conciencia de fragilidad nos hace más humanos de verdad?

¿ Nos lleva a mejorar la vida o a encerrarnos y sobrevivir?

¿Qué nos pasa?

Cobarde de corazón

 Me sorprenden estas palabras:

"Decid a los cobardes de corazón..."

¿Qué le dirías a los cobardes de corazón?.

Seguro que nada bueno ¿verdad?.

Nos quejaríamos, les echaríamos la culpa de no responder con valentía, 

o en el mejor de los casos los disculparíamos por ser así.

Pero me sorprende lo que dice la lectura:

"Sed fuertes, no temáis, no estáis solos,

mira a tu Dios."

Míralo que viene a rescatarte, a sostenerte, 

a consolarte, a acompañarte, a darte fuerza y valor. 

Mira a tu Dios que viene en persona, por ti, porque te quiere a ti,

con tu corazón cobarde, tus miedos y contradicciones.

Así que hay motivos para la Esperanza.

Aunque te sientas con el corazón encogido...

¡Sé fuerte, no temas, él viene!

¿CÓMO SE VIVE ESTO?

 

Estamos en tiempo de DESIERTO.

Desierto exterior porque vamos eliminando de nuestro cotidiano momentos de encuentro, de convivencia, viajes, música, fiestas, celebraciones,... Espacios donde nos encontrábamos con mucha gente conocida y desconocida, y en los que se iba tejiendo nuestra vida.

Desierto exterior porque vamos cerrando las puertas de nuestras casas, delimitando nuestros abrazos y besos, reduciendo nuestras risas compartidas. Límites, muros, prohibiciones... por seguridad, por cuidar.

Desierto porque silenciosamente mucha gente querida nos va dejando en medio del desconcierto.

Estamos en tiempo de DESIERTO interior, porque se caen los proyectos, se reducen las relaciones, se amordazan los deseos... y esto nos deja vacíos, desorientados, con miedo.

¿Cómo vivir este tiempo?

 

Si lo miramos bien puede ser una oportunidad para contactar con nuestra verdad más honda, libre de "anexos". Liberados del ruido exterior que despista, del cuidado de la imagen que ata, de la pesada carga de la opinión y el juicio rastrero.

 

Podemos ELEGIR cómo vivir esta experiencia de desierto impuesta y no deseada. Podemos elegir vivirla como camino de encuentro con nuestro "yo" desnudo, sin caretas, sin distracciones, sin freno.

El desierto lugar de prueba y de encuentro. De verdad y silencio. De palabra labrada dentro.

Dejemos que purifique nuestra verdad en el silencio.

¿Cómo vivir este tiempo?

¡¡CONFÍA!!

Comenzamos el curso en medio de la preocupación y la incertidumbre...

No podemos vivir con miedo y encerrados.

Toca vivir con prudencia, cuidándonos unos a otros cada día y ¡¡CONFIAR!!.

      

                    DIOS EN LA PANDEMIA. 

“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán”.

 

Pedir y buscar unidos

como el inspirar y el expirar.

Pedir nos abre el corazón  al don de Dios, en su surgir, en su crecer y en su sazón.

Buscar nos activa enteros para salir y encontrar el don que ya crece entre nosotros al ritmo y forma de lo humano. 

 

Dios sabe lo que necesitamos y ya ha empezado a dárnoslo antes que se lo pidamos y es mayor que nuestros sueños.

 

En los trabajadores enmascarados, los laboratorios en silencio,

las rutinas de servidores anónimos, la soledad intubada y muda,

el vacío respetuoso de las calles, los templos llenos de ausencias, las cuatro paredes familiares,

los muertos al sanar a los heridos, los entierros sin funeral ni llanto, el cálido aplauso de las ocho

y las insomnes redes digitales,

ya está creciendo un don impredecible desbordando nuestras oraciones

y las previsiones de los sabios.

¿Qué nueva humanidad se está gestando en esta tierra que gime su embarazo?

 

No le pidamos a Dios impacientes que presione el vientre de la historia y acelere el parto. Es tiempo

de silencio servicial y expectante.

                        Benjamín González Buelta sj 

 

¡A VOLAR!

Después de este tiempo de encierro y desconcierto

toca VOLAR y SOÑAR...

Dejar atrás lo que no ayuda, lo que ya no funciona,

lo que puede resultar un peso por mantenerlo sin aportar nada.

Ser valiente para VOLAR Y SOÑAR:

EXTERIORMENTE porque cambiemos de lugar y entorno,

porque estemos en momento de comienzo y estreno,

de ojos abiertos y corazón receptivo 

para la nueva realidad que iniciamos.

O INTERIORMENTE porque, aunque estemos en el mismo lugar 

y la misma gente,

necesitamos descubrir la novedad de lo conocido.

Nueva mirada, para estrenar nuestra vida cada día.

TODO puede cambiar.

TODO cambia.

TODO se hace nuevo...

ALGO NUEVO ESTÁ NACIENDO...

¿NO LO NOTÁIS?

(Is 43,19)